jueves, junio 29, 2017

Algo viejo. Algo nuevo

He pasado por muchas etapas dentro de la ruptura sentimental que tuve a finales de abril de este año. No ha sido fácil pasar de una a otra y tomar cada uno de mis días como un paso más en la rehabilitación emocional de la cual tengo que seguir constantemente hasta que me olvide de que tuve sentimientos importantes por esta persona. 
La primera parte fue dolorosa, triste, decepcionante y confusa. 
La segunda, iracunda y llena de sentimientos de venganza
La tercera, llena de vacío y me sentí perdida
La cuarta, pensé que todo estaría mejor pero tendría recaídas
La quinta, empecé a reprimir los sentimientos de amor y fingí indiferencia
La sexta, por un momento pensé que todo había pasado
La séptima, pude aceptar que aún siento amor
La octava, a veces me siento triste por sentir lo que siento. 
La novena, tengo que repetirme: "Un día a la vez"
La décima, el tiempo mejorará todo. 

Toma mucha fuerza de voluntad pasar por cada una de esas etapas y requiere más coraje volver a comenzar cuando tienes recaídas. 
Es como si el corazón peleara con todas sus fuerzas pero la razón pelea por encontrar la paz... A veces, la razón gana y a veces, el corazón se rinde y deja de pelear para luego volver con más fuerza pero en plena batalla se pregunta, ¿Todo esto vale la pena? Pelear contra lo evidente... Pelear por alguien que no vuelve más y que no tiene interés en volver y la más importante, ni siquiera quiso quedarse.
La razón sabe que no lo quiero de vuelta y entre más lo sé, lo sentimental sufre, porque no esperas que alguien tan importante te destruya. 

Después pienso que alguien más vendrá a reponerme, decirme que todo estará bien y que podré salir adelante. Toma tiempo reconocer que esa persona que tiene el poder de juntar mis pedazos y reconstruirme otra vez, soy yo. Lo nuevo es que estoy consciente de eso.